En la industria alimentaria, la cadena de frío juega un papel crucial en la calidad y seguridad de los productos. Aunque a menudo se pasa por alto, este proceso es esencial en el manejo de carne, ya que garantiza que se mantengan las temperaturas adecuadas en cada fase del transporte y almacenamiento. La cadena de frío asegura que la carne llegue al consumidor en condiciones óptimas, preservando su textura, sabor y valor nutricional. Las fluctuaciones en la temperatura pueden deteriorar la calidad de la carne, afectando su color, textura y olor. Un control adecuado de la cadena de frío mantiene las propiedades organolépticas de la carne, resultando en un producto más sabroso y atractivo. Para obtener más información y acceder a productos de alta calidad, visite nuestra guía de la carne.